En esta actuación, hemos recogido el agua de los tejados mediante la instalación de canalones de recogida pluviales; que permiten capturar el agua de lluvia que cae sobre los techos. Este sistema eficiente de recogida canaliza toda el agua hacia un depósito de almacenamiento. Desde allí, utilizamos el agua acumulada para alimentar un sistema de riego automático, optimizando así el uso de este recurso natural.
El ahorro de agua es bastante considerable, especialmente en los casos de depósitos de agua grandes. Estos depósitos tienen la capacidad de almacenar grandes cantidades de agua de las lluvias de primavera, lo que permite utilizarla durante los meses más secos del verano, cuando la demanda de riego es más alta y la necesidad de agua en el jardín es constante.
Este tipo de sistemas no solo favorece el ahorro de agua, sino que también contribuye a la sostenibilidad y al uso responsable de los recursos naturales.
Si a la vez gestionamos el programador de riego con un sensor de lluvia, el ahorro es mucho más considerable. Este sensor ajusta automáticamente el riego en función de las precipitaciones, evitando que el sistema se active innecesariamente en días lluviosos, lo que aumenta aún más la eficiencia del sistema y optimiza el consumo de agua.