En ocasiones, se construye sin tener en cuenta que existen caminos naturales que no desaparecerán, como sucede en este caso. En este espacio, cuando llueve de manera intensa, el agua baja con fuerza, siguiendo su curso natural, lo que puede crear desafíos a la hora de diseñar el jardín.
Diseñar un jardín en un terreno donde fluye un torrente de agua requiere un enfoque cuidadoso y una planificación meticulosa. Es esencial comprender que el agua debe poder seguir pasando por ese espacio sin interferencias. Por tanto, al diseñar el jardín, hay que tener en cuenta que el flujo de agua no se debe obstruir, sino que debe ser canalizado de manera eficiente. Esto implica no solo pensar en el diseño estético, sino también en la funcionalidad del espacio frente a las lluvias intensas.
En este caso específico, aunque no siempre se logra encontrar la solución adecuada en proyectos similares, en este jardín sí se ha conseguido el objetivo. Se ha logrado que el agua fluya adecuadamente a través del espacio sin dañar el diseño, manteniendo el equilibrio entre la estética del jardín y la necesidad de gestionar el agua de manera eficiente.